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2-3 Y lo hace tanto por los pecados del pueblo como por los suyos propios, ya que como ser humano tiene muchas debilidades. Y por eso mismo, puede ser comprensivo con quienes son ignorantes y andan extraviados.

Nadie puede hacerse sumo sacerdote por su propia cuenta. Al sumo sacerdote lo llama Dios, como en el caso de Aarón. Ni siquiera Cristo eligió él mismo ser sumo sacerdote, sino que Dios lo eligió y le dio ese honor cuando dijo:

«Tú eres Hijo mío, yo te he engendrado hoy».

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